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viernes, 24 de mayo de 2013

Cayo Los siete hermanos, exótico paisaje Vs. Serenidad





Uno de los hermosos cayos, ubicados en Monte Cristi
Por sus cristalinas aguas, dónde se puede apreciar el ecosistema marino, rocas coralinas muy bien conservadas, especies como los lambies, además de grandes bandadas de bubies y otras aves, que llegan allí cada año, Los cayos Los Siete Hermanos representan una de las más importantes reservas de vida silvestre en el país.
Ubicados en Monte Cristi, estos pequeños terruños que conforman una especie de archipiélago bautizados como Monte Chico, Monte Grande, Terrero, Ratas o Tuna, Arenas, Muertos y Torurú de origen coralinos, son verdaderos refugios de aves y plantas resistentes al clima seco.
A partir de que el Ministerio de Medio Ambiente, estableciera allí el barco “Mago del  Mar”, que vigila de forma permanente desde el 2009, el número de bubies alcanza unas 14 mil unidades, según el último conteo.
Eric Carrasco Núñez y Nelson García Marcano, veterinario y biólogo, respectivamente del área de la Dirección de Biodiversidad de Medio Ambiente afirman que antes de esa iniciativa los huevos de esas aves eran saqueados en la zona, específicamente por ilegales haitianos para el consumo o la falsa creencia de que los mismos tienen cualidades afrodisíacas.
Para ambos profesionales, lo más importante es conocer esa reserva eco turística, debido a la gran cantidad de aves migratorias, mangles, arrecifes y fauna marina que concentran allí.
No obstante, sugieren hacer esa visita en grupos selectos  para no romper con la tranquilidad propia del lugar o irrumpir los espacios dónde se anidan y emprenden vuelos hacia otros lugares las especies que hacen vida en la zona.

ALGO MÁS

La reserva de vida silvestre, existente en los referidos cayos es reconocido por la Bird Life, (Grupo Internacional Conservacionistas de Aves). Especialmente los bubies se reproducen de abril a junio y emprenden su vuelo a más tardar en agosto hacia otros lares.
A las personas que gustan de las aventuras, se recomienda observar las aves a cierta distancia para no irrumpir su hábitat. Los cayos están divididos en parcelas de 50 metros cuadrados,  el conteo de las especies se hace a partir de cada huevo existente en  los nidos. Ciguas marinas, caracoleros, bubies y otras aves migratorias forman parte del exótico ese paisaje
Una parte de las poblaciones se van hacia el Atlántico, vienen a los cayos a parte de abril y se marchan a más tardar en agosto y t. El grueso se va en julio se retiran las bandadas de pichones, una vez se encuentran en posibilidades de volar.





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