Uno de los hermosos cayos, ubicados en Monte Cristi |
Por sus cristalinas aguas,
dónde se puede apreciar el ecosistema marino, rocas coralinas muy bien
conservadas, especies como los lambies, además de grandes bandadas de bubies y
otras aves, que llegan allí cada año, Los cayos Los Siete Hermanos representan
una de las más importantes reservas de vida silvestre en el país.
Ubicados en Monte Cristi,
estos pequeños terruños que conforman una especie de archipiélago bautizados
como Monte Chico, Monte Grande, Terrero, Ratas o Tuna, Arenas, Muertos y Torurú
de origen coralinos, son verdaderos refugios de aves y plantas resistentes al
clima seco.
A partir de que el Ministerio
de Medio Ambiente, estableciera allí el barco “Mago del Mar”, que vigila de forma permanente desde el
2009, el número de bubies alcanza unas 14 mil unidades, según el último conteo.
Eric Carrasco Núñez y Nelson
García Marcano, veterinario y biólogo, respectivamente del área de la Dirección
de Biodiversidad de Medio Ambiente afirman que antes de esa iniciativa los
huevos de esas aves eran saqueados en la zona, específicamente por ilegales haitianos
para el consumo o la falsa creencia de que los mismos tienen cualidades
afrodisíacas.
Para ambos profesionales, lo
más importante es conocer esa reserva eco turística, debido a la gran cantidad
de aves migratorias, mangles, arrecifes y fauna marina que concentran allí.
No obstante, sugieren hacer
esa visita en grupos selectos para no
romper con la tranquilidad propia del lugar o irrumpir los espacios dónde se
anidan y emprenden vuelos hacia otros lugares las especies que hacen vida en la
zona.
ALGO MÁS
La reserva de vida silvestre,
existente en los referidos cayos es reconocido por la Bird Life, (Grupo
Internacional Conservacionistas de Aves). Especialmente los bubies se
reproducen de abril a junio y emprenden su vuelo a más tardar en agosto hacia
otros lares.
A las personas que gustan de
las aventuras, se recomienda observar las aves a cierta distancia para no
irrumpir su hábitat. Los cayos están divididos en parcelas de 50 metros
cuadrados, el conteo de las especies se
hace a partir de cada huevo existente en
los nidos. Ciguas marinas, caracoleros,
bubies y otras aves migratorias forman parte del exótico ese paisaje
Una parte de las poblaciones
se van hacia el Atlántico, vienen a los cayos a parte de abril y se marchan a
más tardar en agosto y t. El grueso se va en julio se retiran las bandadas de
pichones, una vez se encuentran en posibilidades de volar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Recuerde escribir su comentario con palabras amables.