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Arborado

Los árboles, sus beneficios

Los árboles o plantas constituyen un importante organismo vivo dentro de la biodiversidad, que muy bien podría definirse como sinónimo de vida, al que la humanidad debe rendir culto, cuidándolo cada vez con más esmero.

Esta especie que forma uno de los componentes del paisaje natural, que previene la erosión de los suelos y proporciona un ecosistema protegido ante las inclemencias del tiempo, desempeña funciones básicas dignas de conocer para hacer conciencia sobre la necesidad de multiplicarlo dónde quiera que haya un espacio factible en la naturaleza.

“La primera y más significativas de las funciones de los árboles es que producen el oxígeno que respiramos

explicó Apolinar Suero, subdirector del Plan Quisqueya Verde del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

En base a su labor el ingeniero agrónomo y técnico especializado en el área forestal, entiende que es necesario que la población conozca los aportes y valores de esa especie de cara al tema del calentamiento global que esta afectando el globo terráqueo.

Entre las múltiples funciones de los árboles esta el permitir que el agua penetre a los suelos
en su follaje y por debajo de él. También desempeñan un papel importante a la hora de producir oxígeno y reducen el monóxido carbono en la atmósfera, así como moderar las temperaturas en el suelo




El Framboyán, árbol ligado al fuego y el amor

Por el brillante y espectacular color de sus flores,  el framboyán marca el inicio y permanencia del verano tanto en República Dominicana, como algunas otras islas del Caribe.
Esta especie introducida, oriunda de las sabanas de África, especialmente de Madagascar, es una de las más coloridas del mundo por el tono anaranjado de sus flores.
 “Florecen de junio a agosto y cuando viene la época seca, entonces adelanta la floración, cuando viene el tiempo lluvioso la retraza porque es una planta que le encanta el sol”, refiere el especialista Milcíades Mejía ex director del Jardín Botánico Nacional, Rafael María Moscoso y actual presidente de la Academia Dominicana de Ciencias.
De acuerdo con Mejía el nombre común es “flamboyant” que viene de fuego  por el color brillante sus flores, su nombre técnico es delonix regia,  por lo bello.
“Es una especie muy adaptada a los trópicos, pese a ser de madera blanda y en tiempo de huracanes sus ramas se quiebran con facilidad, tiene capacidad de rebrote maravillosa. Es recomendada para parques y plazas porque sus raíces destruyen las aceras”, dijo el botánico.
Los dominicanos al igual que otras islas del Caribe han hecho acopio de esta especie y en gran parte de las casas exhiben pinturas con imágenes de este árbol, ya que es motivo de inspiración de muchos artistas del pincel.
Mejía precisó que en término ambiental, esta planta amortiguan el calor, capta CO2 y ayuda a purificar el ambiente, además de servir de barrera o cortinas embelleciendo lugares hostiles o desagradables.
Esta especie es de gran floración y pierde sus hojas de septiembre a diciembre y marzo por eso se le acuña una frase alusiva al matrimonio: “El amor es como el framboyán, primero las flores y después las vainas”,
Abundan el Capital, Puerto Plata, Santiago y otras ciudades.
Milcíades añade que los dominicanos lo relacionan con el amor “porque primero da muchas flores y luego vienen las vainas”, comparando e principio romántico de la unión de parejas que luego se torna conflictiva.
Se da por semillas, una especie con capacidad de germinación altísima, se puede trasplantar. Es apropiada para toda a parte baja de la ciudad, espacialmente dónde no llueve mucho, es remendada para parques y plazas por ser más especiosos.

N o es factible para aceras.

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